Publicado el: junio 25, 2025
Las decisiones laborales deben tomarse con especial cuidado cuando un trabajador ha ejercido su derecho a presentar una denuncia ante la autoridad administrativa. Una reciente sentencia de la Corte Suprema ha reafirmado que incluso la no renovación de un contrato a plazo fijo puede ser considerada como un despido nulo, si se da en un contexto de represalia. Este criterio tiene especial relevancia para las áreas de Recursos Humanos y legales de las empresas que gestionan personal bajo contratos modales.
Desarrollo del caso
Una trabajadora prestó servicios para la Pontificia Universidad Católica del Perú desde 2015 mediante contratos modales. El 15 de abril de 2019 presentó una denuncia ante Sunafil por la presunta desnaturalización de su contrato. Esta denuncia fue comunicada formalmente al empleador. Apenas días después, la universidad decidió no renovarle el contrato que vencía el 30 de abril del mismo año. La trabajadora consideró que se trataba de una represalia y solicitó reposición por despido nulo.
¿Puede la no renovación de contrato ser considerada un despido?
Sí. La Corte Suprema ha establecido que, cuando no existe una justificación objetiva y el cese ocurre inmediatamente después de una denuncia laboral, la no renovación del contrato equivale a un despido con presunción de represalia. Esta calificación jurídica se sostiene en el principio de protección contra el despido nulo establecido en el artículo 29 del TUO del Decreto Legislativo N.° 728. En este caso, la empleadora no justificó adecuadamente por qué se decidió no renovar el vínculo después de haber sido notificada de la denuncia ante Sunafil.
Entre los elementos que permitieron a la Corte presumir una represalia destacan:
¿Qué resolvió la Corte Suprema?
La Corte declaró nulo el despido, al configurarse la causal de represalia contra el trabajador prevista en el inciso c) del artículo 29 del TUO del Decreto Legislativo N.° 728. En consecuencia, ordenó la reposición de la trabajadora en su puesto anterior o en uno de similar categoría, el pago de las remuneraciones dejadas de percibir desde la fecha del cese y el depósito de la compensación por tiempo de servicios, con los intereses respectivos.
Recomendación
Las empresas deben tener extremo cuidado al gestionar ceses contractuales posteriores a una denuncia laboral. La falta de una justificación clara, objetiva y documentada puede ser interpretada como represalia, con las consecuencias legales que ello implica. Se recomienda revisar internamente cada caso, coordinar con asesoría legal y asegurar que toda decisión de no renovación esté debidamente sustentada, especialmente si el trabajador ha ejercido derechos ante alguna autoridad.